miércoles, 16 de septiembre de 2009

El origen del nombre del Talibán del Gluten
Los amigos, esos seres que siempre están ahí, y siempre puedes contar con ellos, sobre todo cuando te toca a ti invitar, o has conocido a una tia despampanante.
La primera vez que le cuentas a tus amigos que eres celiaco el descojone es generalizado. Pero lo peor no es eso, lo peor es los ánimos que te dan. Tú todavía estás con el shock, casi noqueado, y llegan ellos y te rematan. Primero le tienes que decir lo que es ser celiaco. “O sea que tienes alergia al gluten”, que no coño, que no, que es intolerancia. “Bueno, eso ya lo has sido siempre”, gracias.
Le vas contando y empiezan a preguntarte. Primera sorpresa “¿no puedes comer pan?” “Joder, pues yo sin comer pan me moriría”, gracias de nuevo. “¿ni tampoco cerveza?” “hossssstiiiiiiaaaaasssssss, eso es lo peor de lo peor”, gracias de nuevo. “Y ¿qué tiene gluten?”. No puedo comer nada que tenga trigo, cebada, avena, centeno ni malta. Y ahora viene lo mejor, tú le dices concretamente los cereales que lo contienen, pero como a alguno le costó sacar la EGB pues empiezan las preguntas “ y el maíz?”, sí, “y el arroz?”, sí, “y la patata?”. Coño, en qué se parece la patata a un cereal? Pues sí, de ahí en adelante te das cuenta que la gente no escucha. Le dices lo que no puedes comer pero las preguntas son de lo más insospechadas. Me han llegado a preguntar si puedo tomar leche. Yo les contesto que, en principio, sí, pero que si la vaca ha comido más trigo de la cuenta lo mismo me sienta mal (optas por seguir un poco la conversación).
Por supuesto, toda esta conversación tiene lugar en el mejor de los amigos del grupo, el que nunca falla, el que te pase lo que te pase, le cuentes lo que le cuentes siempre te apoya, o mejor dicho te apoyas en ella, LA BARRA DEL BAR. Como en los bares todavía no saben que hay celiacos y que los especímenes adultos pueden llegar a ser auténticos sumideros de cerveza, no tienen SAN ESTRELLA DAMM. Tú bebes refrescos al principio, hasta que de repente caes que aparte de SAN ESTRELLA DAMM también está SAN TINTO CON CASERA. El caso es beber algo fresquito pero que no sea auténtico 0,0 ya que nuestro cuerpo está habituado a beber algo que pase de 4,5º (el agua en exceso puede llegar a eliminar restos esenciales de tu organismo). Para acompañar la bebida siempre pedimos algo de comer. Y ahí llega la 2ª batalla con tus amigos. Te ponen la ración y una cesta con pan. Tu les pides que por favor, no pasen el pan por encima del plato porque caen las terribles mijitas. “¿pero por algo tan pequeño no creo que te pase nada, no?” Tuvieron problemas para acabar la EGB, pero de repente son licenciados en Medicina. Sí, sí me pasa. Me va deteriorando el intestino. La batalla continua. La ración de ese día era un picadillo de tomate con caballa. Y a ver quién es el celiaco que le dice a los demás que no miguen pan en el caldito. Les puedes decir lo que quieras pero migar en el caldito es al picadillo lo que los percebes a los mariscos. “Pero tío que porque migue pan en este lado de la fuente tampoco te va a pasar nada”. Joder, esperate a que nos comamos todo y después te zambulles en el caldito si quieres. “Tú lo que eres es UN TALIBAN DEL GLUTEN”.
El picadillo se acabó, pero el mote siguió.
Continuará...

2 comentarios:

  1. Yo también soy celíaca, y me he sentido muchas veces como tu. Me ha pasado exactamente lo que cuentas varias veces con los amigos de toda la vida. Pero bueno, nos lo tenemos que tomar bien, como has hecho tu,explicar la enfermedad con gracia, y que por cierto me he reído mucho al leer este texto.

    Muchas gracias, adiós

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  2. Pues sí, es una putada que te lo detecten de mayor... tengo la suerte de que no me gustaba la cerveza igualmente, pero lo que daría yo por unos phoskitos... (o cómo te crees que he llegado a tu blog? :P)

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